Su tatarabuelo fue un irlandés que participó como invasor
inglés en 1806, sin embargo él se transformó en un protagonista de la
emancipación cultural de la Argentina. Su nombre original era Eusebio de Jesús
Daugherty, aunque castellanizado como Eusebio de Jesús Dojorti. Sin embargo,
eligió llamarse como el campesino que trabajaba en las tierras de su familia,
Buenaventura Luna, el hombre que colmó su infancia de relatos y leyendas puebleras,
de historias de personajes de campo, de héroes y de preguntas que sólo se hacen
los de abajo: “Mi ciencia es analfabeta/
ciencia criolla mal hablada/ mas sepan que fue mamada/ en las ubres de la vida/
por el alma criolla curtida/ y al sufrimiento templado”
La obra del sanjuanino
Buenaventura Luna consigue ubicarse entre la referencia cultural de
Martín Fierro, como lo demuestra en sus Sentencias
del Tata Viejo: “Si “sabís” templar
las cuerdas/ pa´ser cantor preparate/ y en el fangango acodarte/ si hay por
medio alguna enagua/ que unos calientan el agua/ y otros se toman el mate”
y entre el fervor popular del Nuevo Cancionero, tal como lo menciona el célebre
manifiesto: “Hasta el advenimiento de
Buenaventura Luna y Atahualpa Yupanqui, el cancionero nativo se mantuvo en la
etapa de formas estrictamente tradicionalistas y recopilativas..… Es con Buenaventura Luna, en lo literario y con Atahualpa
Yupanqui, en lo literario musical, con quienes se inicia un empuje renovador
que amplía su contenido sin resentir la raíz autóctona”
Hay muchos encuentros en los caminos musicales y poéticos de
Buenaventura Luna y Atahualpa Yupanqui, tal vez el más importante sea que ambos
se preocuparon por trascender lo pintoresco del paisaje y abordar los precipicios
y los desiertos existenciales de los pobladores de la Argentina profunda, allí
donde Indoamérica se desata en nuestro país, allí donde el continente se hace
hombre, así hallamos en la obra del artista de Huaco preocupaciones por la
intemperie del arriero: “No tenís rancho
en las pampas. ..,/ no tenís quincha en los cerros. ..,/ siempre en la güellas
acampas,/ sólo te siguen tus perros...”
o por el destino de los habitantes de las andinas
comarcas: “Nosotros, los de Allpa-Shulca,/
los de Angualasto y Tud-Cum,/ los Huaco y Guañizuil,/ no tenemos más riqueza/ que
un limpio cielo de añil,/ una vaca en la dehesa,/ un torito acorralau/ Y
aquella noble tristeza/ que desciede del nevau...”
Buenaventura Luna, uno de los artistas populares que nos ayudan
con su obra a comprender algunas de las diversas argentinas que conforman la
Argentina secreta