2/22/2007

otro poema que perdí para volver a ENCONTRARME


Este poema tiene muchos años. Lo escribí en algún otoño. Ahora regresa con ganas de poblar algún futuro libro: ¿Qué opinan ustedes?


Llover ¿verbo impersonal?


¿Disfrutaríamos de la lluvia
si no existiese la palabra lluvia?
¿Hay algo que nos refresque mas
que la palabra brisa?
¿Cuánto tiempo hará que el imperio de la melancolía
se apoderó de la palabra Otoño?
¿Cuándo llegará el día
en el que la letra H renuncie a tanta la soledad?
¿Es casualidad que entre Mar y Amar haya una letra de distancia?
¿Quién se encargará de vestir a todas las palabras que dejamos desnudas
cada vez que recordamos?
¿Los poetas son aquellos que acentúan a la Luna
o que le colocan signo de admiración al silencio,
o signo de interrogación a los colores?
¿Por qué los árboles convierten en verbo al sustantivo nostalgia?
¿Cuál será la edad del amor en la palabra?
¿Por qué los ancianos eligen a la aventura del silencio?



Pedro Patzer

2/20/2007

POEMAS DE LAS BIOGRAFÍAS APÓCRIFAS


En este hallar texto viejos, me encontré con uno que descarté de mi último libro de poemas, pero que ,curiosamente ,quiero mucho.


Poema de las Biografías Apócrifas

El encargado de hacer el inventario de un viejo hotel a orillas de un mar de Marte/ la breve historia del calendario que un preso le tatuó en el paladar al siniestro director de la prisión en la que estaba recluido/ no tengo ningún escrúpulo en referirme al hombre que fue atravesado por una espada caída de una carta, justo después de perder una partida de truco; ni de los piratas que hicieron de una fragata de guerra, pequeños fósforos que incendiaron los mapas que nos conducían hacia los tesoros irrecuperables.
Y para qué narrarte acerca de la ficción que la gente le instala a sus recuerdos, de la niña muerta que una familia siguió vistiendo y maquillando durante diez años.
Dícese de un tal Edmundo que descubrió que todo era una gran mentira y por eso se promovió por las calles de Buenos Aires como el embajador del absurdo en el mundo, entonces comenzó a decirle a la gente que lo que entienden por el color azul es diferente a los ojos del otro, que convivimos con mil azules distintos, y, que lo único que deberíamos aprender del azul es que su centro es el rojo: “ ... el rojo es el centro del azul...” todas nuestras oposiciones son el centro exacto de nosotros mismos.
Se comenta que en su testamento Albert Einstein le pidió a su familia que su epitafio rezara: “La mayoría de los hombres nunca aprende a sumar” Puedo mencionarte la historia de un triste personaje que patentó el Otoño a su nombre y, el muy desquiciado pretendía que cada habitante de la anaranjada estación le pagase un impuesto por derecho de autor. Él hasta el último día de su vida se hizo llamar: “El Hombre que re inventó al Otoño”
Otra vida destacada fue la de Gunter, un científico alemán que sostenía que cada vez que se terminaba un poema, la galaxia movía su esqueleto hacia los huesos de una infinita estrella.
Como no memorar a Pampa, el célebre pintor a quién le atormentaba las miradas de los muertos pues él siempre quería pintar las últimas imágenes que en aquellas frías miradas se habían quedado congeladas.
La última biografía está dedicada a Horacio, director de una revista literaria quien le había asignado a Alfonsina Storni que escribiese la biografía no autorizada del Mar, Storni le habría respondido que sí, pero que antes debía verificar de cerca ciertos detalles de la personalidad del Mar



PEDRO PATZER

2/19/2007

MUJERES DE CINE




Mujeres del cine, mujeres que nunca preguntan por qué, ni van por los sueños pidiendo permiso, ni siquiera desnudas le piden perdón a la anciana Luna por quitarle el protagonismo.
¿Alguna vez pensaste que Leonardo Da Vinci no las conoció? ¿ Se imaginan lo que hubiera pintado contemplando a Julia Roberts, o lo que Shakespeare hubiese escrito por Nicole Kidman? ¿Qué hubiera sido de la arquitectura egipcia si los egipcios hubiesen conocido el cuello de Demi Moore? ¿No hubiera abandonado cualquier empresa imperialista Alejandro Magno por una tarde de amor con Katharine Hepburn? ¿Habrá sido levantado el imperio Azteca en homenaje a una mujer como Salma Hayec? ¿Cuántas otras sinfonías hubieran quedado inconclusas si Schubert hubiera dedicado su tiempo a contemplar a la Bella Greta Garbo? Si el Dante hubiera conocido a la Cuccinotta, actriz de El Cartero de Neruda, seguramente la Divina Comedia sólo hubiera tenido infierno, no hubiera tenido tiempo para aburrirse escribiendo el purgatorio y el Paraíso.
Sí, estas mujeres cambiaron al mundo, la historia. En ellas podemos comprender a la Humanidad porque ellas son la cultura del hombre, desde ellas todo es diferente:
En las piernas de Marilyn Monroe comprendí definitivamente la existencia de Dios.
En La mirada de Winona Ryder aprendí los misterios de la vida, aquellos que muy pocos saben. En los labios de Penélope Cruz entendí a la locura del Quijote por su Dulcinea y a Lorca diciéndo: “Por tu Amor me duele el aire, el corazón y el sombrero” En La belleza de Kim Bassinger comprendí para qué he nacido, para qué he venido hasta aquí, por Sofia Loren conocí los primeros insomnios en el deseo, en las caderas de Jeniffer López observé como un inmortal firmaba su testamento (por una noche en esa creación única e irrepetible) , en la desnudez de Angeline Golie recordé a Oscar Wilde diciendo: “ Las mujeres están hechas para ser amadas, no para ser comprendidas” aunque Micheal Douglas en atracción fatal me enseñó que Wilde se equivocó en frases como esta: “ Me aburren las mujeres que nos aman. Las Mujeres que nos odian son mucho más interesantes” Y es verdad, no hay manuales para descifrar a las mujeres, son una especie imposible de estudiar porque cada ejemplar es único, maravilloso, seductor, complejo y eterno. Sólo podemos llegar a la conclusión de que sin duda el Paraíso comienza en una mujer y que por ellas hacemos la guerra, la paz, la creación, el crimen, la música, el arte, la poesía; hacemos el amor y sobre todo nos hacemos la película, porque sin ellas no hay cine.
Pedro Patzer


2/16/2007

VOLVER A CONCEBIRME


Me pasó algo hermoso. Abrí un cuaderno de hace cinco años atrás. Y encontré que había escrito esto. Mi querida Argentina estaba en plena crisis, y yo trazaba en un papel lo siguiente:



Fotografías - Pedro Patzer

Los otoños solían instalar fotografías azules en las muecas del soldado que agonizaba en la tristeza del rostro del anciano de piedra.
Los retratos de las damas muertas sudan un raro febrero en el invierno que se posa en las manos del pianista de un cabaret donde el seno de Magdalena recoge toda la historia de las exactas matemáticas erizando el diente que muerde al incesto.
Un tanguero se ahorca en el estribillo de la sombra que silba una mujer especialista en el espionaje en el deseo ajeno, mientras los árboles cortan las películas del cielo y los pájaros mueven el naranja acentuado por las últimas sílabas del crepúsculo. Los caracoles creen en la propiedad privada.
El profesor quema sus libros como quemando las naves , como dejando atrás la posibilidad de volver a saberlo casi todo, teniendo la urgente necesidad de aprender a ignorarlo todo, de accidentarse la piel con el mundo, de reclamar la metáfora que habita en el escándalo transparente de la percepción.
El anciano evita conjugar en pretérito imperfecto los pocos verbos que respira y el poeta quien instala sus oficinas en las pupilas de una mujer rota en los cuadernos del viajero hacia el nunca.
El escritor maldito le cambia la dentadura blanda a la máquina de escribir un idioma en la galaxia que transpira historia sobre el trópico de cáncer y capricornio.
La abuela llena las botellas con el licor del santo hombre que la principió en el pecado de fabricar pecadores. Las maderas de la vieja casa traducen al insomnio de aquellos antiguos niños que se treparon al anterior árbol que la hizo.
El futuro nos espera con sus indumentarias de espectros, sólo algunos le provocan cosquillas al abismo, los otros continúan adelgazando paraísos , masticando ángeles, desayunando sustantivos que sólo los hace mencionar cosas que no existen más allá de las cosas.
Hay gafas que nos permiten ver el revés del paisaje, nos dan las posibilidad de postular como paradigma a la lógica de la nube, a la piel de las campanas en las frías estaciones patagónicas donde el ferrocarril carga amarillo para exportar a los libros viejos o a las velas o al color que las mejillas de la madre tienen en la memoria.
Posibilidades:
a) existir en múltiples formas
b) existir sólo de una forma clausurando cualquier posibilidad de existencia paralela.
c) no existir
Son los detalles donde resolvemos nuestra existencia. Es decir, el bigote desafinado del cartero que cuando niño nos aproximaba a otras posdatas, nos dirigió la vida hacia la elección de ser un viajero de espiritu desprolijo o en las primeras clases de literatura en la escuela cuando contemplabamos inicialmente una fotografía de Cortázar, como niños pensabamos : " Dios duerme la siesta en la barba de Julio Cortázar" y ahí nuestro delirio de quemar corchos y hacernos las barbas de Cortázar para que dios tembién pudiese dormir la siesta en ella.
Recuerdo las gafas verdes del anciano que parecían tatuar en sus anchos cristales el desesperado gesto verde del bosque o la pulcritud que en sus manos tenía el abogado que defendió al cruel torturador o el pegamento que deja en su baba sobre los afiches que publicitaban el recital de Gardel en Cemento.
Detalles como la botella verde que en Navidad la tía vaciaba para anunciar su horóscopo de sidra para el año venidero o el candado contiguo al cartel que reza " en venta" en la casa donde una adolescente ejercitó su tacto en mi primer ensayo de hombre.
Algunos deciden no existir,eligen estar parcialmente muertos, parcialmente vivos: mueren en un color, en alguna palabra esdrújula, en las naves que las plegarias empujan hacia el escalafón de náufrago. No logran ver la realidad que se esconde en un hombre, la realidad de ser una infinita posibilidad, de tener buques que lo esperen en algún puerto, de poder ser un agregado cultural en el barrio latino de la Luna o ser quien escriba la biografía del primer hombre que transpira castillos y llora osos que tiene la capacidad de ser un soldado del eclipse, un traductor de las sirenas del charco del patio que llueve eternamente desde mi muerte hasta mi infancia o simplemente ser un hombre que llora al ver las cerraduras o llora al contemplar que le ponen cifras al calor y llora al ver los patos hechos cerámicas de cocina o al escuchar las ofertas que los hombres le hacen a la historia.
pd: Dios gatea en la maravilla de las palabras

2/12/2007

LA INTIMIDAD






Cuando adolescente, creía justo defender cada causa de cualquier manera, luego la vida y sus artefactos, me fueron demostrando que uno se va haciendo desconocido ante la incomprensión. Y ya no sirve de nada pegar tres gritos o tratar de defender una idea utilizando todos los elementos de la tempestad. Ahora comprendo que pasa algo mucho más profundo, uno comienza a perder intimidad con toda esa gente, con la que ya no compartimos el mismo lenguaje, o iguales códigos.

Tal vez ahora tenga muchas más intimidad con mis amistades y mucho menos trato con mis desconocidos.


Pedro Patzer

febrero de 2007

La cultura popular es el anticuerpo que siempre salva a la Argentina

por Pedro Patzer Aunque nos quieran convencer de que los ladrones de las melodías, de las vocaciones, de los más hermosos vínculos del human...